11 de agosto de 2015

Mi voz, Vicente Aleixandre

 MI VOZ

He nacido una noche de verano
entre dos pausas Háblame te escucho
He nacido Si vieras qué agonía
representa la luna sin esfuerzo
He nacido Tu nombre era la dicha
Bajo un fulgor una esperanza un ave
Llegar llegar El mar era un latido
el hueco de una mano una medalla tibia
Entonces son posibles ya las luces las caricias la piel el horizonte
ese decir palabras sin sentido
que ruedan como oídos caracoles
como un lóbulo abierto que amanece
(escucha escucha) entre la luz pisada

Vicente Aleixandre de Espadas como labios, M., Espasa-Calpe, 1932.
Vicente Aleixandre

Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo (Sevilla, 26 de abril de 1898 – Madrid, 13 de diciembre de 1984) fue un poeta español de la llamada Generación del 27.
Elegido académico en sesión del día 30 de junio de 1949, ingresó en la Real Academia Española el 22 de enero de 1950. Ocupó el sillón de la letra O.
Premio Nacional de Literatura en 1933 por La destrucción o el amor,1 Premio de la Crítica en 1963 por En un vasto dominio, y en 1969, por Poemas de la consumación, y Premio Nobel de Literatura en 1977.
Su obra poética presenta varias etapas: pura, surrealista, antropocéntrica y de vejez.

Poesía pura

Su primer libro, Ámbito, compuesto entre 1924 y 1927 y publicado en Málaga en 1928, es la obra de un poeta incipiente, que aún no ha encontrado su propia voz. Predomina el verso corto asonantado y la estética de la poesía pura juanramoniana y guilleniana, además de ecos ultraístas y de la poesía clásica española de la Edad de Oro, especialmente Fray Luis de León y Góngora.

 Poesía surrealista

En los años siguientes, entre 1928 y 1932, se produce un cambio radical en su concepción poética. Inspirado por los precursores del surrealismo (en especial por Arthur Rimbaud y Lautréamont) y por Freud, adopta como forma de expresión el poema en prosa (Pasión de la Tierra, de 1935) y el verso libre (Espadas como labios, de 1932; La destrucción o el amor, de 1935, Sombra del Paraíso, de 1944). La estética de estos poemarios es irracionalista, y la expresión se acerca a la escritura automática, aunque sin aceptar la misma como dogma de fe. El poeta celebra el amor como fuerza natural ingobernable, que destruye todas las limitaciones del ser humano, y critica los convencionalismos con que la sociedad intenta apresarlo.

Poesía antropocéntrica

Tras la guerra, su obra cambia, acercándose a las preocupaciones de la poesía social imperante. Desde una posición solidaria, aborda la vida del hombre común, sus sufrimientos e ilusiones. Su estilo se hace más sencillo y accesible. Dos son los libros fundamentales de esta etapa: Historia del corazón, de 1954 y En un vasto dominio, de 1962.

Poesía de vejez


En sus últimos libros (Poemas de la consumación, de 1968, y Diálogos del conocimiento, de 1974), el estilo del poeta vuelve a dar un giro. La experiencia de la vejez y la cercanía de la muerte le llevan de vuelta al irracionalismo juvenil, aunque en una modalidad extremadamente depurada y serena. A estos dos títulos canónicos, esto es, de los publicados en vida por el propio poeta, podría añadirse un tercero, «En gran noche», de aparición póstuma, en 1991, y en la misma línea metafísica y reflexiva que los dos anteriores.

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